La teoría del Cisne Negro –desarrollada por el libanés Nassim Nicholas Taleb– es una metáfora que se aplica a un suceso sorprendente que irrumpe en la realidad de forma inesperada provocando confusión debido a su impacto. La propia naturaleza del fenómeno hace necesario un análisis posterior en el que el hecho debe ser racionalizado.

Taleb, un investigador financiero, miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, presentó su teoría en el año 2007 a partir del análisis de grandes descubrimientos científicos o hechos históricos que han sido inesperados debido a la magnitud del impacto que genera en la sociedad. En sus ensayos ha explicado el modo en el que el azar y la probabilidad desorientan incluso a personas ilustradas, o supuestamente preparadas para manejar el principio de incertidumbre propio de la política y el mundo financiero.

Explicar la lógica de un Cisne Negro es casi imposible, pero una larga serie de acontecimientos de estas características ha modificado una y otra vez la realidad, burlándose de cualquier previsión posible. Tal parece ser el fenómeno ocurrido en las elecciones primarias argentinas (PASO) del pasado domingo. En efecto, ningún análisis político previo, ni el propio equipo de Big Data de Marcos Peña y Duran Barba esperaban una debacle semejante. Ni siquiera las consultoras de primer nivel en Argentina pudieron establecer un pronóstico al menos aproximado del resultado de las elecciones, especialmente en la provincia de Buenos Aires.

Tal es así que a pesar de que, en la medida que avanzaba el escrutinio y los datos provenientes de fuentes propias llegaban a las distintas fuerzas políticas, nadie se atrevía a presentar números a los medios de comunicación. La confusión era absoluta y ningún candidato –pese a contar con datos ciertos, pero sorprendentes– se animaba a lanzar un número públicamente por temor a quedar mal parado frente a los resultados finales.

El libanés Taleb desarrolló su teoría, principalmente, a partir de acontecimientos disruptivos de orden económico y eso es exactamente lo que está sucediendo con la economía argentina en estos momentos. Las consecuencias del hecho político, que toma por sorpresa tanto al oficialismo como a la propia oposición vencedora, han devenido en la ruptura de cualquier certeza, sumiendo al mercado y a los propios protagonistas de la política en una suerte de desorientación ante el comportamiento inesperado de la gente. A punto tal que en la conferencia de prensa de Macri y Pichetto en la tarde de ayer el propio presidente cargó contra la gente que había votado a FyF como causantes del descalabro de los mercados. Para quienes analizamos este tipo de fenómenos lo sucedido el domingo en Argentina es, sin dudas, un Cisne Negro de manual.

La propia naturaleza del fenómeno que estamos mencionando hace que sea muy difícil establecer cómo se resolverá esta crisis financiera. De lo que estamos seguros es que la casuística de los movimientos irregulares y anómalos conocidos como Cisnes Negros no suelen prolongarse en el tiempo sino que más bien son hechos aislados que pueden tener un impacto puntual y exclusivo que tiende a equilibrarse una vez que es racionalizado por los protagonistas. Pero sin dudas posee la cualidad de alterar el curso “previsible” de los acontecimientos.

PhD José Norte

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